martes, 23 de junio de 2009

Entrevista al Poeta Juan Manuel Roca


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Entrevista para el olvido



El poeta Juan Manuel Roca

Foto Carlos Mario Lema


Juan Manuel Roca le respondió unas preguntas a Óscar Domínguez así:


¿Recuerda qué estaba haciendo el día de su nacimiento?Hibernando. Alguien interrumpió mi sueño, lo que se volvió una pésima y reiterada costumbre a lo largo de mi vida.

¿Qué es ser colombiano? El argentino más citado del planeta dijo que «un acto de fe», aunque en muchos casos resulte un acto de mala fe. Somos ciudadanos del país de Sísifo. Todas las mañanas subimos la piedra hasta la cima para verla caer, una y otra vez. Los bíceps de la paciencia, que son los de Sísifo, nos han hecho fuertes pero también nos han encallecido.

¿El mejor consejo que recibió de [Rubayata] papá Roca? Lo dijo en broma, pero me lo tomé en serio. Un domingo, ante el dilema de hacer una tarea estudiantil o tomarme una cerveza, me dijo: «tómesela; uno no se puede dejar vencer de la fuerza de voluntad». He tenido que luchar contra esa divisa taoísta.

¿Y de mamá Vidales? «No leas por obligación».

¿Tiene muy alborotado el complejo de Edipo o del de doña Electra hay algo?Ni lo uno ni lo otro, Freud mediante.

¿Si volviera a nacer repetiría el mismo libreto vital?Mi libreto no lo hizo Fellini. No me molesta ser actor de un filme poco taquillero. Lo confieso: cuando dirigí el casting de la película de mi vida me hice el ciego y pasé por alto mi falta de apostura para un rol protagónico. En suma, haría más liviano el libreto y besaría a Jessica Lange antes de que cayera, definitivamente, el telón.

¿Mientras más conoce a los hombres más quiere sus poemas? Más quiero los de Rimbaud. La poesía pone en duda la estupidez humana.

¿De dónde nació su devoción por la poesía?De una insatisfacción con la realidad.

¿Qué es ser poeta?Lo estoy averiguando.

¿Tienen alma los poetas?Tienen alma, como César Vallejo, y enjalma como los cantores de nostalgias montañeras.

¿Se siente muy solo desde que hizo las paces con el poeta Jotamario?Hacer las paces es derrotar los egos. No se necesitan, en el caso de quienes se dedican a la escritura, Ralitos ni Caguanes, ternurólogos ni comisionados.

¿Hay motivos para desconfiar de los poetas, esos mentirosos que siempre dicen la verdad, al decir de Cocteau? También la verdad se inventa, decía Machado. Pero hay que merecer lo que se sueña. Por favor, recite la primera parte del poema de amor que más le guste. El último verso de Petrarca al morir su amada, Laura, me resulta bello y contundente: «En su rostro la muerte se hizo bella».

¿Le da miedo envejecer?Me da miedo la postración. Estoy por el derecho a una muerte digna. Llegado el caso, espero que me envíen sin dilación al otro toldo.

¿Ha sido feliz?Ver un cielo azul cobalto, una pintura que nos escudriña, un gesto de amistad; oír a quien no guarda servidumbres o viajar a un planeta llamado Nabokov son fisuras por las que he vislumbrado la felicidad.

¿Se ha enfermado de uribismo? ¿O son calumnias de la oposición? Uribe es errático, autocrático y mediático. Su pacificación de Urabá a sangre y fuego, cuando fue gobernador de Antioquia, dejó una contrarreforma agraria antes de que hubiera una reforma. ¿Cómo dejará el país?Ojalá sólo sean 8 años a bordo de sí mismo.

[Y en su manifiesto de adhesión a Carlos Gaviria, complementa:] Repito, entre la civilización, o mejor, el llamado a una civilidad que encuentro en Carlos Gaviria, y el talante bárbaro de las realizaciones uribistas, el péndulo señala una hora infortunada de polarizaciones. Gaviria Díaz no niega que haya un conflicto armado. Uribe lo niega y sigue investido de una verdad sin asidero, como aquel reyezuelo al que los niños advertían que iba desnudo en su andadura por las calles, pero al que sus cortesanos le celebraban su atuendo invisible.

¿Qué se le ha quedado dentro del tintero vital?Un lienzo bien pintado.

¿Qué hará en su próxima reencarnación?Como dijo Jim Morrison: «cancelen mi suscripción a la resurrección».

¿Le da gracias a la vida, o no le ha dado tanto?Le doy muchas gracias.

¿Tiene listo su epitafio? Algo que me gustaría aplicar en vida: «No estoy para nadie».

¿Libro que está leyendo?Poesía de Antonio Gamoneda, el más grande de los poetas españoles vivos.

¿El pecado que más le gusta cometer?El de la desobediencia.

¿Defecto que más le gustaría tener?El del olvido. Los lotófagos no sufren.

¿Los enemigos para qué?Para darle rostro a lo que odiamos de nosotros mismos.

¿Persona que más ha influido en usted?Juan Manuel Roca, cuando era niño.

¿Qué lo saca de quicio?El arribismo. Lo dijo Michaux: «cuando los autos piensen, los Rolls Royces estarán más angustiados que los taxis».

¿De qué le gustaría morir?De risa, como Julián del Casal, que por lo demás era un hombre grave.

¿Qué le gustaría olvidar? Esta entrevista.

¿Por qué desea que lo recuerden?Por algún verso.
Tomado del la publicacion del mes de Junio/2009 del periodico Ciudad Viva.

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